En la vorágine del día a día, a menudo ignoramos las señales que nuestro cuerpo nos envía. Dolores de cabeza, problemas digestivos, irritabilidad… son algunos de los síntomas que indican que necesitamos un descanso. El estrés laboral, no es un juego.
1. Físicas: Si sientes dolor de cabeza, sueño, problemas digestivos, calambres, sudoración, palpitaciones… tu cuerpo te habla, escúchalo. Es una señal clara de que necesitas un descanso físico. Reduce tu ritmo de vida, duerme más horas y dedica tiempo a actividades que te relajen.
2. Emocionales: Cuando, sin motivo, sientes ansiedad, depresión, estás irritable, enojado, agobiado, te sientes inseguro, desilusionado con lo que haces, nervioso, o desconfías de tu alrededor, es una señal de inestabilidad emocional. Busca ayuda profesional si lo necesitas, y no dudes en hablar con tus seres queridos sobre cómo te sientes.
3. Mentales: En ocasiones normales, si no puedes concentrarte, tu memoria falla, tus pensamientos son repetitivos, y no razonas bien, es porque estás estresado y debes darle una pausa a tu mente. Practica ejercicios de meditación, yoga o mindfulness para reducir el estrés y mejorar tu concentración.
4. Hábitos: No abuses del café, ni de las bebidas energéticas. Cuida tu alimentación y tus vicios, como son el móvil, internet, la bebida… que uses para «calmarte». Realmente no te hacen bien. Busca alternativas saludables para manejar la ansiedad y el estrés.
5. Relaciones: Al relacionarte con familiares y amigos te sientes tenso, incomprendido, un extraño en una situación cotidiana. No pelees con seres queridos por motivos pequeños. La comunicación es clave para fortalecer las relaciones.
Tu cuerpo te habla, escúchalo. Presta atención a las señales que te envía y no las ignores. Tu salud física, mental y emocional es lo más importante.
Si te sientes identificado con alguno de los síntomas mencionados en este artículo, no dudes en buscar ayuda profesional.
Si deseas prevenir estos síntomas en tu equipo, contáctanos para acompañarte en este viaje al bienestar corporativo y la gestión del estrés.
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Recuerda: Tu cuerpo te habla, escúchalo.
